Buscar este blog

Ave Luna in English

sábado, 28 de mayo de 2011

Julia Prilutzky Farny - Julia Prilutzky Farny


Tú duermes, ya lo sé...



Tú duermes, ya lo sé.
Te estoy velando.
No importa que estés lejos,
que no escuche
tu cadencia en la sombra;
no importa que no pueda
pasar mi mano sobre tu cabeza,
tus sienes y tus hombros.

Yo estoy velando, siempre.
No importa que no pueda acurrucarme
para que tú me envuelvas sin saberlo,
para que tú me abraces sin sentirlo,
para que me retengas
mientras yo tiemblo y digo simplemente
palabras que no escuchas.
Yo puedo estar tan lejos
pero sigo velando cuando duermes.



Julia Prilutzky Farny

Los amorosos - Jaime Sabines


Los amorosos



Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre —¡qué bueno!— han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida
Y se van llorando, llorando
 la hermosa vida.

Jaime Sabines

Tu nombre - Jaime Sabines

Tu nombre



Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir
que te amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se
entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un
lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado. Iluminado,
ciego, lleno de ti, derramándote. Digo tu nombre con todo el silencio
de la noche, lo grita mi corazón amordazado. Repito tu nombre, vuelvo a decirlo, lo digo incansablemente, y estoy seguro que habrá de amanecer.

Jaime Sabines

Digo que no puede decirse el amor - Jaime Sabines

Digo que no puede decirse el amor



Digo que no puede decirse el amor.
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal.

El amor no se dice con nada,
ni con palabras ni con callar.
Trata de decirlo el aire
y lo está ensayando el mar.
Pero el amante lo tiene prendido,
untado en la sangre lunar,
y el amor es igual que una brasa
y una espiga de sal.

La mano de un manco lo puede tocar,
la lengua de un mudo, los ojos de un ciego,
decir y mirar.
El amor no tiene remedio
y sólo quiere jugar.

Jaime Sabines

jueves, 26 de mayo de 2011

La voz - Philippe Jaccottet


La voz


Quién canta ahí cuando toda voz se calla? ¿Quién canta
con esta voz sorda y pura un canto tan bello?
¿Será fuera de la ciudad, en Robinson, en un
jardín cubierto de nieve? ¿O es ahí, muy cerca,
alguien que no sospechaba que se le escuchase?
No nos impacientemos por saberlo,
pues no de otro modo precede al día
el pájaro invisible. Tan sólo permanezcamos
en silencio. Una voz sube, y como un viento de marzo
restituye su fuerza a los bosques cansados, nos llega
sin lágrimas, más bien sonriendo ante la muerte.
¿Quién cantaba ahí cuando se apagó nuestra lámpara?
Nadie lo sabe. Pero sólo puede oír el corazón
que no busca posesión ni victoria.



Philippe Jaccottet

13 - Roberto Juarroz


13


El centro del amor
no siempre coincide
con el centro de la vida.
Ambos centros se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.
Nacer juntos,
como debieran nacer y morir

todos los amantes.



Roberto Juarroz

Lo más hermoso es el atardecer - Pär Lagerkvist

Lo más hermoso es el atardecer


Lo más hermoso es el atardecer.
Todo el amor que el cielo contiene
se ha juntado en luz sombría sobre el mundo,
sobre las casas de la tierra.

Todo es ternura, todo es acariciado como por manos,
el señor mismo borra orillas lejanas;
todo está lejos, todo está cerca.
Todo es dado al hombre como préstamo.

Todo es mío y todo lo perderé.
En breve todo lo perderé.
Árboles, cielo, la tierra que piso.
Caminaré sólo sin huellas.



Pär Lagerkvist

miércoles, 25 de mayo de 2011

Como quien oye llover - Octavio Paz


Como quien oye llover



Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.



Octavio Paz

martes, 24 de mayo de 2011

Mujeres - Charles Bukowski


Mujeres



Me gustan los colores
de sus ropas,
su manera de andar,
la crueldad de algunos rostros
de vez en cuando
la belleza casi pura de una cara
total y encantadoramente femenina.

Están por encima de nosotros
planean mejor y se organizan mejor.
Mientras los hombres ven televisión
toman cervezas y juegan al béisbol,
ellas, las mujeres,
piensan en nosotros, concentrándose,
estudiando, decidiendo, si aceptarnos,
descartarnos, cambiarnos, matarnos o
simplemente abandonarnos.

Al final no importa
ya que hicieran lo que hicieran
acabamos locos y solos.


Charles Bukowski

lunes, 23 de mayo de 2011

Sé todos los cuentos - León Felipe Camino


Sé todos los cuentos



Yo no sé muchas cosas, es verdad
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos...
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos...
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos...
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos...
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.



León Felipe Camino

Nuevos motivos por los que los poetas mienten - Hans Magnus Enzensberger

Nuevos motivos por los que los poetas mienten



Porque el instante
en que la palabra feliz
se pronuncia
no es nunca el instante de la felicidad.
Porque los labios del sediento
no hablan de sed.
Porque por boca de la clase obrera
nunca oiréis la palabra clase obrera.
Porque el desesperado
no tiene ganas de decir
"estoy desesperado".
Porque orgasmo y Orgasmo
son incompatibles.
Porque el moribundo, en lugar de decir,
"me estoy muriendo"
no emite más que un ruido sordo
que nos resulta incomprensible.
Porque los vivos
son los que rompen el tímpano de los muertos
con sus terribles noticias.
Porque las palabras acuden siempre demasiado tarde
o demasiado pronto.
Porque de hecho es otro,
siempre otro,
el que habla,
y porque aquel de quien se habla
calla.



Hans Magnus Enzensberger

Los pechos de Magaly - Silvia Tomasa Rivera

Los pechos de Magaly



Los pechos de Magaly
son dos enormes girasoles
que penden de su cuerpo.
Atropellan desconocidos
y se desbordan sin recelo.
La cintura no es estrecha,
pero la curva de sus caderas
es como para entrar en la vida
y no salir sobria.
Su monte de venus...
un inmenso clavel negro.

Yo quisiera leer los pechos de Magaly
y encontrar a Dios entre sus piernas.



Silvia Tomasa Rivera

viernes, 20 de mayo de 2011

Lluvia de sol - José Emilio Pacheco


Lluvia de sol


La muchacha desnuda toma el sol
apenas cubierta
por la presencia de las frondas.

Abre su cuerpo al sol
que en lluvia de fuego
la llena de luz.
Entre sus ojos cerrados
la eternidad se vuelve instante de oro.
La luz nació para que el resplandor de este cuerpo

le diera vida.
Un día más
sobrevive la tierra gracias a ella
que sin saberlo
es el sol
entre el rumor de las frondas.



José Emilio Pacheco

Luz del mediodía - Amalia Bautista


Luz del mediodía



Ni tu nombre ni el mío son gran cosa,
sólo unas cuantas letras, un dibujo
si los vemos escritos, un sonido
si alguien pronuncia juntas esas letras.

Por eso no comprendo muy bien lo que me pasa,
por qué tiemblo o me asombro,
por qué sonrío o me impaciento,
por qué hago tonterías o me pongo tan triste
si me salen al paso las letras de tu nombre.

Ni siquiera es preciso que te nombren a ti,
siempre nombran la luz del mediodía,
la fruta, el paraíso
antes de la expulsión.



Amalia Bautista

Mi sueño habitual - Paul Verlaine

Mi sueño habitual



Tengo a veces un sueño penetrante y extraño:
Una mujer desconocida, que me ama, y que amo,
Y que se repite cada noche, distinta e igual a sí misma,
Y me ama y me comprende.
Porque ella me comprende, y mi corazón, transparente,
Sólo para ella deja de ser un problema, ay, sólo para ella,
Y sólo ella refresca con sus lágrimas
El sudor de mi pálida frente.
¿Son sus cabellos negros, rojizos o dorados? Lo ignoro.
¿Su nombre? Sólo recuerdo que es dulce y sonoro
Como el nombre de los amores exiliados
Como la mirada de las estatuas es su mirada,
Y su voz, lejana y calma y grave,
Se parece a las voces queridas y acalladas.


Paul Verlaine

Amiga a la que amo... - Rubén Bonifaz Nuño


Amiga a la que amo...



Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, prejuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.



Rubén Bonifaz Nuño

sábado, 14 de mayo de 2011

Canción - Eugenio Montejo


Canción


Cada cuerpo con su deseo
y el mar al frente.
Cada lecho con su naufragio
y los barcos al horizonte.

Estoy cantando la vieja canción
que no tiene palabras.
Cada cuerpo junto a otro cuerpo,
cada espejo temblando en la sombra
y las nubes errantes.

Estoy tocando la antigua guitarra
con que los amantes se duermen.
Cada ventana en sus helechos,
cada cuerpo desnudo en su noche
y el mar al fondo, inalcanzable.
.

Eugenio Montejo

martes, 3 de mayo de 2011

Oda a tu ombligo - Sabina Berman

Oda a tu ombligo



Si lo beso
se ilumina tu boca
Si le digo un secreto
zumba tu oído
No estimaría en tanto ese botón
si no fuese el botón
de tu risa más clara
Déjame pues estar bajo tu sonrisa
como bajo un parasol de colores
aquilatando la rara gema
que es tu ombligo:
ojo de tuerto no;
copita de nácar
en la que se decanta
este aliento;
gota
que cae
a mi alma
creando círculos
concéntricos;
pero sobre todo la luna
cruzada por pájaros blancos
 


Sabina Berman

domingo, 1 de mayo de 2011

Stilt Walkers

El mejor cortometraje del festival de Berlin

El espectro del bosque


ANGST

Muñeca Injugable - Alcesiv Films

Hoy, mañana no - Alcesiv Films -



"Niños envueltos"

Mario Viñuela: "Pienso, luego existes"

El amor dura 27 planos