Si lo beso
se ilumina tu boca
Si le digo un secreto
zumba tu oído
No estimaría en tanto ese botón
si no fuese el botón
de tu risa más clara
Déjame pues estar bajo tu sonrisa
como bajo un parasol de colores
aquilatando la rara gema
que es tu ombligo:
ojo de tuerto no;
copita de nácar
en la que se decanta
este aliento;
gota
que cae
a mi alma
creando círculos
concéntricos;
pero sobre todo la luna
cruzada por pájaros blancos
Sabina Berman
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