Gracias
Gracias te doy por no haber sido otra cosa
que un árbol y la hierba que crece a sus pies.
Sólo un ser vivo lleno de calor
con la fuerza de un árbol, de la hierba y la sombra
en la humana corriente de tu sangre.
Gracias te doy por no haber dicho nada,
por ser sólo un perfume de sana y joven sangre,
un hombro en que apoyarse en la oscuridad.
Sólo has sido un árbol y la hierba que crece a sus pies
para apoyar en él mi febril frente.
Soportaste el llanto con que lloré aquella noche,
y no me traicionaste con signos ni palabras.
Lo aguantaste en silencio e invisible, aquella noche,
tan fácilmente como si yo fuera un manantial
y tú la negra tierra.
Morten Nielsen
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